Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos

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Reseña Histórica

En el camino de la lucha

El 22 de junio de 2006, la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos conmemoró sus 25 años, pero esta fundación en 1981 está íntimamente enraizada con un proceso que comienza a gestarse en la primera Asociación del Magisterio de Paraná que se funda en 1918 y en otras organizaciones docentes que recorren años de búsqueda de representación y organización.
En su mayoría, como ocurre en el resto del país, estas asociaciones demuestran su voluntad de organización pero debilidad y fragmentación, debido a condicionantes de carácter estructural, tales como el origen social de los docentes y su condición mayoritariamente femenina; también por la representación de la función social del docente como apostolado y la separación histórica entre los titulados (maestros normales) y los no titulados (maestros prácticos), al igual que entre los profesores diplomados y los profesionales (médicos, abogados, contadores) que ejercían la docencia secundaria.
Otro de los factores que intervinieron fueron la diferenciación entre docentes nacionales y docentes provinciales con distintos escalafones, salarios y programas de enseñanza, una marcada diferencia jerárquica entre maestros y profesores, así como la inexistencia de una carrera docente normada o pautada por un Estatuto, que hacía de los educadores objeto de la manipulación y del clientelismo político.
Estos condicionantes explican tanto las dificultades para la organización gremial del magisterio como los obstáculos que impedían la unidad sindical docente. Se avanza en este sentido recién en la década del cincuenta, a partir de las luchas por el Estatuto y por el aumento de salarios que se extienden a todo el país. Así, la sanción del Estatuto del Docente en 1958 fue un elemento importante que posibilitó posteriormente la formación de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina.
El panorama descripto se refleja en Entre Ríos, cuando hacia 1973 los docentes entrerrianos estaban nucleados en varias organizaciones: la Federación del Magisterio de Entre Ríos que agremiaba a los maestros dependientes del estado provincial; la Federación de Docentes Nacionales de Entre Ríos que nucleaba a los maestros de las escuelas «Láinez»; los Centros de Profesores Diplomados; la Unión Gremial de Maestros Privados Entrerrianos y la Asociación del Magisterio de Paraná, los que participaron del Congreso fundacional de la Ctera del 11 de septiembre de 1973, sosteniendo sus principios fundamentales del rol social y político de la escuela pública, de la obligación indelegable del Estado de sostenerla, de la democracia sindical y de la autonomía político partidaria de las organizaciones gremiales. En todos existía un anhelo de unidad nacional.
Producido el golpe militar, la dictadura destruye las formas orgánicas de sindicalización docente en la provincia. Sin embargo, a nivel local se mantiene una cierta actividad militante que se canaliza particularmente a través de expresiones de carácter cultural y social. Son focos de resistencia que posibilitarán después la reconstrucción de dos gremios docentes: la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos y el Centro Entrerriano de Docentes de Enseñanza Media y Superior, entidades que se fusionarán en un sindicato único en 1988, dando origen a la actual AGMER.

Dos historias que se unen

El 22 de junio de 1981 en Paraná, se conforma la Comisión Directiva de la Asociación Gremial del Magisterio, presidida por Roberto Barbero. Coherentes con sus historias, estos compañeros tomarán como primera reivindicación la reincorporación de todos los docentes cesanteados por la dictadura militar y comenzarán una política de acercamiento a todos los grupos del interior de la provincia, que habían comenzado, al unísono, la búsqueda de una forma organizativa que agrupara a todos los departamentos. Se realizan reuniones de dirigentes y encuentros y en 1983, se consolida una Junta Provisoria de la entidad, de carácter provincial, siendo electa como secretaria general Alba Bochaton de Dondo.
Al calor de la organización se abren debates, que habían comenzado en la década anterior, pero siempre avanzando en organización y representación y conforme a los principios fundacionales de Huerta Grande. La AGMER se extendió así a toda la provincia, enrolada ya en su definición de sindicato único. En 1984, electa ya como secretaria general Clelia Lavini, este proceso organizativo se consolida.
Por su parte, estaba en el escenario sindical docente el Centro Entrerriano de Docentes de Enseñanza Media y Superior (Cedemys) nucleamiento de profesores que cambió varias veces de denominación, cambios que reflejan tanto la evolución ideológica en la representación que tenía de sí este sector de la docencia, como las modificaciones operadas en su extracción social.
Nace en 1934 en Paraná como Círculo de Profesores de Enseñanza Secundaria con fines culturales y gremiales. Entre sus fundadores, se encuentran Luz Viera Méndez, Máximo Victoria, Carlos María Onetti, Celia Montoya, Oscar Pérez Colman y Manuel Demonte Vitali. Publica una importante revista, Círculo, en la que colaboran, entre otros, Juan L. Ortiz y Julio Reissig.
Durante el gobierno peronista, la orientación política de la docencia secundaria era mayoritariamente opositora. Por ello, luego del golpe militar de 1955 se crea una nueva agrupación sindical, el Centro de Profesores Democráticos que, a fines de 1970, se fusiona con el anterior Círculo de Profesores dando origen al Centro de Profesores Diplomados de Paraná. Por la misma época se crean organizaciones similares en varios departamentos de la provincia, como Gualeguay, La Paz, Rosario del Tala, Uruguay y Gualeguaychú. Todas participan en el Congreso de Huerta Grande de 1973 donde se constituye la CTERA.
En 1974 al influjo de los debates ideológicos suscitados en torno de la Confederación, el Centro de Profesores Diplomados de Paraná adopta la denominación de Centro de Docentes de Enseñanza Media y Superior y confluye con los otros Centros de Profesores departamentales en la Federación de Centros de Docentes de Enseñanza Secundaria y Superior de Entre Ríos que funcionó hasta 1976. En las postrimerías de la dictadura militar (1982-83) los profesores de Paraná se reorganizan y eligen una nueva conducción de su sindicato que, en 1984, se estructura a nivel provincial en el Centro Entrerriano de Docentes de Enseñanza Media y Superior con seccionales en Paraná, La Paz, Federal, Gualeguay y Gualeguaychú.

La fusión

Las relaciones de solidaridad, las luchas y las acciones conjuntas en el plan reivindicativo, hacen madurar en la dirigencia de ambos sindicatos la necesidad de concretar a nivel organizativo la unidad que se daba en el plano de la acción. Esta concepción se impone en 1988 al calor de la Marcha Blanca y de la histórica huelga nacional de 43 días.
En septiembre de ese año, en un paso decisivo hacia la unidad gremial, los afiliados de ambos sindicatos eligen una sola conducción unificada: Ricardo Matzkin (por AGMER) surge como secretario general y Blanca Benavídez (Cedemys), secretaria adjunta. Luego, un congreso realizado el 29 de octubre sella la unidad de los trabajadores de la educación entrerrianos, en la que sería Agmer-Cedemys, denominación que se mantiene hasta 1990 en que otro congreso adopta definitivamente el nombre de AGMER para esta nueva entidad.
En la década del 90, en consonancia con su concepción de sindicato único, AGMER profundiza su inserción en todos los niveles y modalidades, crece en afiliación y da, junto a la CTERA, una tenaz lucha contra la reforma educativa, impuesta por la Ley Federal de Educación, a la par que con el conjunto de los trabajadores rechaza la instalación del modelo neoliberal, que el menemismo despliega en todas sus decisiones políticas.
Por otra parte, el ingreso a la CGT, el encolumnamiento con la CGT Azopardo cuando se fracturó la organización obrera y el posterior abandono de la misma por CTERA, fue acompañado por AGMER, así como la decisión de apoyar la conformación del Congreso de Trabajadores Argentinos, que culminó en la constitución de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), herramienta fundamental en la lucha social a partir de la concepción de otro sindicalismo.
Cerramos los 90 con una participación importante en la gran lucha nacional por el Financiamiento Educativo; muchos docentes entrerrianos ayunaron en la Carpa Blanca de la Dignidad en la Plaza de los Congresos, y muchos más en las escuelas y plazas de nuestra provincia acompañaron con su sacrificio personal esta decisión de quebrar la voluntad política y lo logramos.
Las distintas gestiones de gobierno han tenido que discutir con el gremio de los docentes (sus 17.000 afiliados hablan de su representación) políticas educativas, curriculum, condiciones laborales y salariales. Muchas veces la confrontación ha sido el único camino para hacer llegar nuestra voz, la participación democrática y la búsqueda de consensos siguen siendo asignaturas pendientes de los funcionarios.
Aun con las dificultades, seguimos defendiendo, como valiosísimas, nuestras representaciones gremiales en el Consejo General de Educación y en todas las instancias en que podamos resguardar los intereses de los trabajadores de la educación y el sostenimiento de la escuela pública.

1973 – Fundación de CTERA 1988 – Marcha Blanca 1997-2003 Carpa Blanca 1997 – Carpa y Ayuno en Entre Ríos
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