Carlos Fuentealba fue asesinado en medio de una violenta represión policial contra los docentes que protestaban en la ruta en reclamo de mejores sueldos y condiciones de trabajo.

Esa represión policial se llevó la vida de un luchador popular, de un docente comprometido, de un militante indispensable por la educación pública. Fue la lucha de su compañera de vida, Sandra Fuentealba, y del conjunto de los sindicatos docentes que en el marco de la CTERA y junto a cientos de organizaciones sociales en todo el país, lo que permitió que avanzara la causa judicial y la condena al autor material del crimen.

Pero es todavía una deuda de la Justicia alcanzar a los responsables políticos. Sólo entonces habrá justicia completa.

Hasta que ese momento llegue, seguiremos sosteniendo este reclamo, porque no olvidamos a nuestros compañeros y compañeras.

Este 4 de abril, en un nuevo aniversario de su muerte, desde AGMER rendimos homenaje a la memoria de Fuentealba. Hoy, todavía nos falta un maestro.

Comisión Directiva Central
AGMER CDC