Queridas compañeras, este día, 8 de marzo, es una jornada especial para cada una de nosotras, las mujeres orgullosamente trabajadoras.

Escribimos este mensaje así, desordenado, irreverente. Este ha sido nuestro lenguaje de lucha, el combustible vital que alentó la llama emancipadora que expandieron nuestras mártires hace ya más de un siglo y se continúa propagando, más vigente que nunca, en cada rincón del planeta, alimentando nuestras voces y latiendo en nuestros corazones.

Sabemos que transitamos momentos de mucha angustia, por momentos desoladores. Sin vueltas, gobierna el país la más furiosa y perversa derecha. Hoy, el poder hegemónico transmutó en fascismo, despiadado y salvaje, llanamente criminal para las/los marginados/as, las y los pobres, para nuestras y nuestros jubiladas y jubilados y las y los trabajadoras y trabajadores. Nosotras sentiremos multiplicado los efectos nocivos que traerá esto modelo inhumano, seremos expulsadas a la pobreza, precarizadas, nos despojarán de derechos y pretenderán llevarnos al sojuzgamiento y a la dominación patriarcal.

Por eso hoy estamos, cada una, donde nos toca estar, en el Congreso, en las marchas, en las distintas actividades alimentando nuestra lucha de sostener nuestras conquistas, y pensando en afirmar la ofensiva en la búsqueda de los derechos que aún nos faltan, que por cierto son muchos.

Lo haremos llevando la Unidad como bandera, sin internismos que siempre son funcionales a los patrones. Y buscando nuevas sintonías, generando nuevas empatías y siendo más capaces, más hábiles, más inteligentes que el fascismo imperante. Es al revés de lo que piensan, rompe lo lógico: nosotras junto a los otros; todas y todos somos afortunadas, tenemos la oportunidad y el privilegio de vencer a estos tipos inhumanos, para que no vuelvan NUNCA MAS

Queridas compañeras, VENCEREMOS

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AGMER|CDC