La convocatoria invitaba a un Concierto Homenaje, pero en honor a la verdad, las canciones en este encuentro fueron una anécdota para que coreutas, invitados y público recordaran al Profesor Pablo Yulita, docente e integrante del Coro, al cumplirse un año de su fallecimiento.

“El mundo necesita más gente que AME lo que hace”, reza una frase que circula de boca en boca. En la noche del viernes, la emoción de todos los que, poco a poco fueron tomando la palabra y narrando algún recuerdo, alguna anécdota, algo que los recordara a Pablo, hablaba simplemente de eso: de personas que a lo que hacen lo cargan de amor, haciendo que los resultados sean otros.

Los integrantes del Coro de AGMER no son grandes profesionales de la música, no buscan el lucro ni mucho menos una salida laboral con su participación. Son un grupo de gente que cada viernes a las seis de la tarde asisten a la Central de AGMER con el único fin de juntarse, de encontrarse, de prepararse para, en el caso de que sea necesario, estar presentes dando eso que saben dar: esfuerzo, dedicación y compañía.

El encuentro del viernes fluyó con esa misma lógica: no hubo acartonamientos ni demasiado protocolo, sino un simple y ameno ir y venir de emociones muy profundas recordando a quien todos coincidieron en destacar como un Amigo. Al que se lo extraña muchísimo, pero que sigue presente.

El Secretario General de AGMER, Fabián Peccín, saludó al Coro y narró una reunión previa que mantuvo con sus integrantes para definir esta presentación y el diseño de una imagen institucional de identidad para el mismo. “En nombre de toda la Comisión Directiva Central les digo que es un honor que el Coro esté hoy aquí y que acompañaremos en todo lo que sea necesario para que, ya con su nombre, recorra toda la provincia”, señaló Peccín.

Durante el encuentro se invitó a que, los que tuvieran ganas de hacerlo, compartieran unas palabras sobre lo que significó Pablo Yulita en sus vidas. De este modo, y al estar presentes dirigentes de AGMER, alumnos, compañeros docentes, antiguos integrantes del Coro y la propia familia del Profesor, los recuerdos se fueron sucediendo uno a uno y la emoción colmó el salón sindical de AGMER.

Uno de sus compañeros del Coro relató: “Cuando le hicieron una entrevista a Pablo, el dijo: “el único miedo que tengo es a morir antes de haber dado la ayuda a los que la necesitaban”. No hay uno de nosotros (integrantes del Coro) que no tenga una anécdota con Pablo, que nos saca hoy, a un año de que no está, sonrisas y buenos recuerdos”.

Uno de sus hijos, visiblemente emocionado, también tomó la palabra y narró el modo en que Pablo se conectó siempre con las cosas que hacía. “La música era su lenguaje. Nosotros somos cuatro hermanos y en casa podríamos haber hecho una banda porque nos mandaron a aprender todo. Nosotros somos él, tenemos mucho de él porque nos enseñó las cosas más bellas de la vida. Nos enseñó que siempre hay que ir hacia adelante, trabajando hasta el último día, demostrando que HAY COSAS IMPORTANTES y que vale la pena seguir adelante. De verdad que vale la pena”.

Clelia Lavini, dirigente de AGMER, también se sumó a los recuerdos, dando, como ella señaló, “el perfil de Pablo que está haciendo falta en esta ámbito: su lealtad al sindicato”. “Cuando yo era Secretaria General, allá por el año 1982, los que se adherían eran maestros. Y el fue uno de los primeros que se sumó desde la facultad. Era un militante silencioso, pero que realizaba un acompañamiento cercano a lo sindical siempre desde un lugar de profunda pertenencia. Por eso es un orgullo tan grande que hoy el coro lo reconozca de esta manera. El compromiso de él como docente siempre nos llenó de admiración, porque nunca se desprendió de la experiencia y el seguimiento de sus alumnos. Así era Pablo: una persona que sentía que el amor lo puede todo: el amor a su trabajo, a sus alumnos, a la educación. Eso es lo que es un militante: aquel que cree firmemente que con su acción puede modificar la realidad que lo rodea y así lo hizo Pablo toda su vida, por ello no podemos menos que destacar, en este lugar, ese perfil de nuestro querido y militante amigo Pablo”.

Así se fueron sumando muchas voces narrando anécdotas y recordando momentos vividos. Desde un lugar de mucha emoción, a las canciones del grupo de coreutas se sumó el recitado de dos poemas y la interpretación de un tema con acompañamiento de guitarra por parte de algunos de los integrantes del coro, dedicadas con todo el afecto para el Profesor Yulita.

Antes de las últimas canciones, la Profesora Verónica Bonell, directora del Coro de AGMER, dirigió unas muy breves palabras a los presentes, desde el lugar que le permitió su profunda emoción:

“Este es nuestro homenaje, para vos Pablo, de todo corazón, por la pasión que demostraste por la vida. Tu voz resuena entre nosotros y nos acompañará siempre”.