En el marco del Mes de la Memoria, la CTERA realizó ayer un homenaje a los docentes de distintas provincias que han actuado como testigos o querellantes en las causas por delitos de lesa humanidad que se sustancian en los tribunales de todo el país.
Más de 130 docentes de todo el país fueron distinguidos por la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA) en una cermonia cargada de emotividad.
El acto, presidido por la secretaria General Stella Maldonado, comenzó con la proyección de un video que recorre la historia de nuestro país desde López Rega y la nefasta Triple A, pasando por el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, la recuperación de la democracia y todos los momentos de avances y retrocesos en los juicios a los responsables del terrorismo de Estado, hasta nuestros días, con la realización de los juicios que llevaron a prisión a más de 300 represores, y la recuperación de 107 nietos apropiados.
Desde cada provincia viajaron delegaciones de las entidades de base, con compañeros docentes que actuaron como querellantes o testigos para recibir el merecido reconocimiento. Por cada sindicato provincial docente habló un representante, configurando una ceremonia fraternal y emotiva, en la que se compartieron relatos de una historia igualmente compartida.
Desde AGMER concurrieron en representación de la CDC, la secretaria de Derechos Humanos, Mónica Amoz, y la de Educación, Perla Florentín, quienes acompañaron a los docentes de nuestra provincia distinguidos por su actuación en los juicios. De una lista mucho más extensa, quienes pudieron participar del acto en Buenos Aires, fueron: Julia Tizzoni, Alejandro Richardet, Graciela López, Manuel Ramat, Ma. Cristina Lucca y Lorenza Robella Leonez.
Fue Manuel Ramat, dirigente de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), quien tomó la palabra en nombre de la delegación entrerriana. Y en coincidencia con lo valorado por todos quienes hicieron uso de la palabra, destacó el valor simbólico del reconocimiento realizado por CTERA, recordando además que en Entre Ríos AGMER y ATE han concretado iniciativas similares.
Es que el reconocimiento de las organizaciones sindicales, a muchos de los trabajadores que sufrieron cárcel y tortura, se les presenta como la compensación justa y necesaria luego de tantos años transitados en soledad y silencio, hasta que la nulidad de las leyes de impunidad permitió volver a transitar el camino de la memoria, la verdad y la justicia.
Del acto participaron además abuelas de Plaza de Mayo, organismos de Derechos Humanos, personalidades de la cultura, legisladores, entre otros. Estuvieron presentes también, y dejaron su valioso testimonio, quien fuera la compañera de Eduardo Requena, e Italia Arancibia, hermana de Isauro Arancibia, docente y secretario adjunto de CTERA asesinado la misma noche del 24 de marzo de 1976.