17 de agosto: Día del Libertador José de San Martín
Francisco Tomás Aisburu Gramajo
Prof. de Historia
Representante paritario de AGMER
¿San Martín lo soñó? ¿Lo llevó a la realidad y lo perdimos? Evidentemente si hoy viviera, nos plantearía -soñado o hecho y posteriormente (por las ingestas de las burguesías localistas de Sud América) perdido- que lo que hoy está construyendo la sociedad latinoamericana estaba en sus planes. En los de él, pero también en los de Túpac Amaru, Miranda, Bolívar, el cura Hidalgo, Martí, Belgrano, Moreno, Dorrego y Artigas. Más adelante lo siguieron construyendo el gallego Sotto Mariátegui, el Che, la generación del `70 y tantos y tantos otros.
Hoy somos sanmartinianos o bolivarianos por práctica concreta. Unión más unión suman libertad más libertad. ¡La América unida! No hubo uno solo de los independentistas que se jugaron en lo político y la vida que no tuviera esta consigna. No importaba qué dificultades hubiera que sufrir, qué ejércitos imperiales hubiera que enfrentar, qué miserias políticas hubiera que derrotar… Sueño o realidad perdida vuelven a encontrarse en este preciso instante de la contemporaneidad.
Un aniversario más que conmemoramos de José Francisco de San Martin, hijo de india y español, como lo dice la canción. Ido a los siete años y vuelto en los años de mozo a su tierra, no descansó hasta liberar del yugo imperial este pedazo de continente. Su pensamiento político nutre nuestra agenda actual, es pálpito y vida de la segunda y definitiva independencia, está en la sangre y en el pensamiento latente de nuestros líderes actuales. Pero no por casualidad es que esto subyace en el sentir profundo de las raíces de nuestro pueblo; en Fidel y Raúl Castro; en Evo, en Chávez, en Correa, en el Pepe, en Lula, en Kirchner, en Bachelet en todos los que intentan que un mundo mejor sea posible.
Es la hora de enfrentar la verdad, de dilucidar dónde estamos y hacia donde vamos. Es la hora de rendir honor y gratitud a este líder de pueblos sentido por igual en Argentina, en Chile, Bolivia y Perú. En toda América Latina. El mismo que no quiso combatir a Artigas.
Sin duda hoy sería pueblo, trabajador, escritor, pedagogo o político triunfante, no importa dónde. El metié es cómo, cada vez más, estudiamos su pensamiento, que era el pensamiento del otro y lo hacemos carne en nuestras vidas para darle aún más sentido a nuestra existencia por este angosto y corto camino de la vida.