Ellos aquí trajeron los fusiles repletos
de pólvora, ellos mandaron el acerbo exterminio,
ellos aquí encontraron un pueblo que cantaba,
un pueblo por deber y por amor reunido,
y la delgada niña cayó con su bandera,
y el joven sonriente rodó a su lado herido,
y el estupor del pueblo vio caer a los muertos
con furia y con dolor.
Entonces, en el sitio
donde cayeron los asesinados,
bajaron las banderas a empaparse de sangre
para alzarse de nuevo frente a los asesinos.
Por esos muertos, nuestros muertos,
pido castigo.
Pablo Neruda – Extracto de “Los enemigos”
El 11 de septiembre de 1973 fue derrocado el presidente constitucional de Chile, Salvador Allende, y el poder fue arrebatado por una junta militar encabezada por el general Augusto Pinochet. Se instauró entonces una dictadura que persiguió, encarceló, torturó, asesinó y obligó al exilio a miles de chilenos.
En este día, tan hermanado con nuestro 24 de marzo como lo está la historia misma de lucha de Latinoamérica toda, recordamos porque no permitimos un espacio de descanso en la lucha por justicia; recordamos porque la memoria nos pone de pie en la inagotable búsqueda de la verdad; recordamos por los maestros, los obreros, los estudiantes y todos aquellos que entregaron su vida por la libertad y por el proyecto de país que encabezaba el socialista Salvador Allende, un proyecto que, lo sabían muy bien los asesinos, no debía ser ejemplo para el resto de los países Latinoamericanos.
También allá, del otro lado de la cordillera, hay desaparecidos. Siguen sus familias pidiendo juicio justo y castigo a los culpables. Nos sumamos a sus voces y a su lucha. A cuarenta años del Golpe de Estado cívico militar en Chile, también decimos NUNCA MÁS.
Mónica Amoz
Secretaria de DDHH de AGMER CDC