Docentes de Santa Elena se nuclearon hace tiempo en la Asociación Civil "La Cañada", con el objetivo de encontrar una respuesta colectiva al anhelo de llegar a la casa propia. Dialogamos con el presidente de la Asociación, para conocer cómo fue la experiencia.
Por Lucía Pabón
“El concepto del derecho a una vivienda digna y adecuada,
no se debe interpretar en un sentido restrictivo simplemente de cobijo
sino que debe considerarse más bien como el derecho a vivir en seguridad, paz y dignidad”.
(Comité de Derechos Urbanos de Naciones Unidas
Observación General Nº 4).
La Asociación Civil “La Cañada” de Santa Elena, integrada por docentes nucleados en AGMER, está trabajando a paso firme en el proceso de construcción de un barrio de 50 viviendas para trabajadores de la educación de esa localidad del departamento La Paz.
Días atrás, en la sede de la Filial AGMER Santa Elena, que se ubica sobre la avenida Pte. Perón, se realizó una charla informativa, de la que participó uno de los integrantes de la Unidad Coordinadora de Viviendas para docentes en representación de AGMER, Francisco Aisburu Gramajo.
Al encuentro fueron convocados todos los integrantes de la Asociación Civil, para brindar información y recibir inquietudes respecto de la marcha de este ambicioso plan de viviendas. Al finalizar la jornada, PRESENCIA dialogó con Federico Peralta Ramírez, presidente de la Asociación.
_¿Esta reunión importa y mucho verdad?
_Sí. Nos reunimos aquí en la filial de AGMER, para tratar la última instancia del plan de viviendas para el sector docente de Santa Elena. Para ello ha venido uno los miembros paritarios de vivienda por AGMER, quien hace de nexo entre el IAPV (Instituto Autárquico de Planeamiento y Vivienda) y nosotros. La reunión se desarrolló y concluyó en muy buenos términos e intentamos que los compañeros evacuaran todas las preguntas, todas sus inquietudes.
_¿Cuáles fueron las preocupaciones planteadas por los docentes?
_Muy variadas, pero sobre todo de cuestiones particulares, como detalles sobre la documentación necesaria para cumplir con los requisitos del IAPV para el ingreso a la vivienda única. Han salido a las luz algunos casos con inconvenientes que no dejan de ser importantes, pero que probablemente tenga una solución muy pronto.
El tema es que ya hace tres años que estamos haciendo los trámites pertinentes, desde que se conformó la Asociación Civil mejor dicho, para tramitar el plan de viviendas. Y en tres años en una vida suceden muchas cosas, las situaciones de cada familia cambian. Pero bueno, en realidad son cuestiones a solucionar y seguramente en este período lo vamos a hacer.
_Es entendible, son muchas las expectativas de todos los docentes que desean tener una vivienda…
_Son muchísimos los sueños y las esperanzas. Muchísimos porque, como bien se dijo en la reunión, todo esto es como un plan piloto en el que estamos. Es la primera vez que accedemos a un plan de viviendas para docentes de esta envergadura. Hay que ver que son mil viviendas en diferentes lugares de la provincia. Gracias a Dios se va a dar y ojalá sea el puntapié inicial para que otras asociaciones se vayan formando, para que la Comisión Directiva Central siga tramitando más viviendas para los docentes, que es una necesidad imperiosa en toda la provincia.
_¿Cuántas personas integran la Asociación Civil “La Cañada”?
_Esta Asociación está compuesta por cincuenta docentes, que en su momento -hace ya unos tres años- nos juntamos y compramos un terreno aquí en la localidad. El predio era una chacra y por eso nos demandaron un poco más tiempo los arreglos de papeles, la tramitación burocrática, para tener la documentación al día y en óptimas condiciones.
_¿Quiénes fueron los primeros que apuntalaron este proyecto?
_Los primeros en sostener este proyecto fueron Azucena Aliendro, que actualmente es revisora de Cuentas de la entidad; Zulema Miño, Secretaria de la Asociación; María Inés Vega, adjudicataria, y yo que estoy como Presidente.
_¿Cómo eligieron el terreno que compraron para las viviendas?
_A ese terreno lo eligió la Comisión Directiva de la Filial AGMER. En ese momento hizo la inscripción de los afiliados que tenían interés en tener una vivienda. A partir de ahí se sumaron 50 docentes y se conformó la Asociación Civil, que comenzó con los trámites para la adquisición de la vivienda. Esto fue hace tres años, exactamente el 10 de junio de 2010. Ahí se conformó la Asociación Civil y comenzamos a trabajar, gracias a Dios llegando a buen puerto, porque ayer nomás hicimos el último trámite que nos correspondía: la donación que le hacemos al IAPV del inmueble, para que pueda llamar a licitación para la construcción.
_¿Cómo fueron pagando los terrenos?
_Nosotros nos juntamos los cincuenta interesados. En ese entonces el valor no era el mismo de hoy. Algunos tenían el dinero para pagar la parcela que les correspondía y otros solicitaron un préstamo a AGMER Central. Así pudimos juntar el dinero y lo pagamos al contado, luego lo escrituramos y lo inscribimos en el registro a la propiedad. Creo que en ese momento eran 180.000 pesos, algo así, pero a razón de 4.000 pesos por cada miembro de la Asociación Civil, por eso pudimos acceder. Afortunadamente el costo era muy accesible para nosotros. Hoy estamos hablando ya de una realidad que en ese momento no era tan creíble, pero afortunadamente estamos en la etapa final.
_Para finalizar, ¿qué le diría usted, como Presidente de esta Asociación, a los compañeros docentes que están analizando la posibilidad de juntarse para comenzar a trabajar por su vivienda?
_Bueno, nosotros empezamos de cero, sin experiencia en estos trámites, y hoy no sé si tenemos toda la experiencia en este tema, pero hemos avanzado muchísimo y hemos aprendido lo suficiente como para lograr el objetivo. Por eso estamos a disposición de los demás compañeros docentes que quieran seguir este camino, para aportar todo lo que aprendimos. Les diría que no bajen los brazos, porque es una necesidad que además nos corresponde por norma constitucional. Nosotros lo pudimos hacer, sin saber cómo al principio, así que los que vienen tienen ahora donde apoyarse, que es en nosotros. Espero que continúe y cada uno de los docentes, no sólo de Santa Elena, sino también de la provincia, pueda acceder a un techo digno.