En una jornada de trabajo que se llevó a cabo hoy en AGMER Central, la conducción provincial de AGMER presentó una agenda de trabajo y fundamentos de lo que serán a las instancias previstas para llegar a un Congreso Provincial “Por un Movimiento Pedagógico Latinoamericano”. La intención es este año concretar unas Jornadas Regionales, con el objetivo de volver a asumir el desafío de discutir y disputar la pedagogía.
En la sede de AGMER Central se concretó hoy una reunión de trabajo y presentación de lo que serán las Jornadas Regionales a realizarse en el transcurso de este año, como instancias preparatorias de un Congreso Provincial “Por un Movimiento Pedagógico Latinoamericano”. Al encuentro, fueron convocados compañeros que llevaron adelante la experiencia de formación de equipos directivos durante 2013 y quienes participan en representación de AGMER en la diplomatura Unipe.
La presentación estuvo a cargo del secretario general de AGMER, Fabián Peccín; el adjunto Alejandro Bernasconi; y la secretaria de Educación, Perla Florentín, mientras que la jornada de trabajo transcurrió luego con la coordinación de Amalia Homar y Ma. Gracia Benedetti, del equipo que trabajará en este proyecto.
El secretario General fue el encargado de abrir el encuentro. Tras dar la bienvenida a los presentes, Peccín aseguró que la construcción del Movimiento Popular Latinoamericano “es un desafío más que tenemos como Comisión Directiva Centra, en función de lo que se ha venid desarrollando desde 2011 en las distintas entidades de base de CTERA”. Desde AGMER –dijo- “estamos participando y seguiremos participando en este movimiento, con propuestas que permitan fortalecer la integración regional, latinoamericana, a partir de objetivos comunes para poder tener esa Latinoamérica unida con la que soñaron San Martín, Bolívar y Artigas”.
Contexto nacional y provincial para el debate
El secretario adjunto, Alejandro Bernasconi, fue quien presentó los fundamentos y objetivos con que AGMER encara el debate hacia un Movimiento Pedagógico Latinoamericano, debate que -como advirtió- “no iniciamos nosotros, sino que se viene generando en diversos lugares de Latinoamérica y que no ocurre en el vacío, sino al interior de un proceso histórico y del recorrido que ha hecho el propio sindicato en torno a las discusiones pedagógicas”.
En ese sentido, consideró inevitable plantear una evaluación del escenario histórico en que el sindicato deberá dar los debates y fijar posiciones políticas, recuperando la propia historia de lucha y de producción pedagógica que AGMER ha transitado. “Es evidente, a partir de un conjunto de transformaciones históricas observables y de cualquier estadística básica que miremos del sistema educativo, que este escenario no es el mismo que teníamos en los `90; que éste es un escenario histórico en donde a nivel nacional avanzaron algunas políticas de carácter progresista en el sistema educativo, que permitieron extender la obligatoriedad, que algunas políticas de carácter inclusivo van generando que los chicos estén en la escuela… es decir, hay indudablemente una serie de avances de carácter progresista y para mejor, de sentido distinto de lo que peleábamos en los 90”, valoró Bernasconi. Y evaluó cómo ese escenario y definiciones políticas se traducen en la provincia de Entre Ríos. “Algunas de esas políticas y estadísticas que, a nivel nacional, pueden observarse como avances progresistas, inclusores, con índices de reducción del analfabetismo, también se replican en Entre Ríos.
Sin embargo, observó: “Así como decimos que algunas políticas han tenido carácter progresista, decimos que esto claramente sigue siendo insuficiente y que hay otras políticas que no se han comenzado a instrumentar; hay lógicas liberales, neoliberales, tradicionalistas que siguen sin desmontarse, y en Entre Ríos tanto o aún más. La nuestra es una provincia en la que incluso algunas lógicas que se plantean a nivel nacional, y que al menos desde lo discursivo se identifican más con concepciones pedagógicas y de escuela pública que nosotros hemos planteado, están bastante más distantes en el discurso del funcionariado”, subrayó.
En ese contexto puede leerse, por ejemplo, que en Entre Ríos el CGE no hay definido avanzar con políticas claras y de fondo en cuestiones como educación sexual con perspectiva de género, educación en la pluralidad de identidades, etc. Esa distancia entre las políticas definidas a nivel nacional y su implementación en Entre Ríos, “se debe a la propia estructuración ideológica del funcionariado de Educación y sus equipos, pero también a la presencia de sectores concretos que disputan ideológicamente el sentido de la escuela pública”. Entre los actores en disputa en este sentido, mencionó a la Iglesia y las corporaciones económicas y profesionales.
La disputa medular
Tras plantear ese escenario, el secretario adjunto se refirió a lo que produce al interior de las escuelas el hecho de que las políticas no terminen de definir un sentido de la escuela pública. “Lo que se termina viviendo en la escuela es una reproducción inercial en la que poco cambia. Hay una lógica instalada en nuestra propia práctica, la lógica que funciona en nuestras escuelas, que sigue reproduciendo la matriz selectiva y exclusora de gran parte del sistema educativo en Argentina”. Allí -dijo- está “la médula de lo que queremos ir a disputar cuando decimos que queremos construir un movimiento pedagógico alternativo desde los trabajadores”.
En este debate, anticipó Bernasconi, aparecen algunos otros elementos para poner en debate, entre ellos, pensar qué nos está pasando a nosotros como como trabajadores docentes y qué pasa con nuestra propia práctica y nuestra propia formación. “Cuando analizamos el contexto histórico vamos tratando no sólo de hacer pie en los elementos que se transforman o no se transforman macropolíticamente, y en la estructura del sistema educativo, sino también qué está pasando con nosotros mismos en las escuelas”-.
Una pedagogía en construcción
Con estas instancias de debate y la realización próximamente de las Jornadas Regionales preparatorias de un Congreso provincial, AGMER pretende volver a sumir el desafío de discutir cuál es la pedagogía que necesitamos. “Porque es cierto las prácticas pedagógicas no se han transformado tanto como pretendíamos cuando discutíamos en aquellos congresos educativos, en los materiales que preparábamos en las escuelas, en las propuestas que mandábamos en la revista Presencia. Sin duda entre aquello que pretendíamos y lo que pasa en nuestras escuelas hay mucha distancia. Pero también decimos que en nuestras escuelas está ocurriendo mucho más de lo que creemos, de lo que vemos, de lo que podemos identificar; que hay compañeros que llevan adelante experiencias alternativas, transformadoras, de contenido popular que caminan en el sentido de lo que queremos”, aseguró Bernasconi.
Y precisamente, de esa convicción surge la modalidad de trabajo que tendrá la construcción del Movimiento Pedagógico en Entre Ríos. No se trata de convocar a expertos para diseñar prácticas pedagógicas, sino a la inversa, “pensamos en ir a buscar primero las experiencias pedagógicas alternativas, que la hay, que nuestros compañeros las están construyendo todos los días en nuestra escuelas, para que se pongan en debate, para que sean conocidas y luego avanzar en la construcción de las definiciones. A esa tarea los estamos convocando”.
Los puntos de partida
Finalmente, la secretaria de Educación, Perla Florentín, se refirió a la forma en que se concibe el Movimiento Pedagógico Latinoamericano, que si bien es un movimiento por construir, hay mucha base de sustentación para tomar como puntos de partida, esto es, reconocer que el movimiento no empieza de cero, sino que recupera una historia.
Esta historia, señaló Florentín, “incluye las estrategias de resistencia y enfrentamiento que pasan por la educación: estrategias pedagógicas clandestinas, pedagogías silenciadas, de sobrevivencia y de resistencia”. Pero también “la trayectoria de los pedagogos y las pedagogas latinoamericanos y sus innumerables aportes para pensar la educación y la pedagógica; nuestras propias historias de lucha, de protesta, de movilización, con sus logros y sus derrotas, también con sus mártires”.
También están a la mano, las “experiencias pedagógicas en diversos países de América Latina, que muestran un proyecto emancipador que ha avanzado con educación libertaria y pedagogías alternativas” y sobre todo –remarcó la secretaria de Educación- está esa experiencia “sencilla y cotidiana de los maestros y maestras que hacen historia en el anonimato; las experiencias de maestros y maestras que, en el aula de clase, escriben otra historia. Por eso, visibilizarlos y recuperar su experiencia es una tarea de enorme riqueza, que enriquece al Movimiento Pedagógico que queremos construir”.