Investirse para encontrar la razón de ser maestro.

Sí, investirse. Porque investidos podemos enfocar el verdadero objetivo de nuestro trabajo y transformarnos en tejedores de cambios. Tejer tan finamente que sea imposible resistirse a la trama sutil del conocimiento, del espíritu crítico y la felicidad de recrear un pensamiento poderosamente democrático y liberador.

Maestro te investiste cuando alfabetizar se volvió tu motivo y preocupación. Tu motivo: acompañar al pequeño, al joven, al adulto, a reconocerse sujeto con derecho a educarse para ser libre. Tu preocupación: que ese acompañamiento destile pedagogía que no oprime, que libera, que pregona solidaridad e inclusión.

Porque al investirte soñaste y se te está permitido. Soñaste esta escuela que no te duele pero te desafía desde un propósito de país y de un mundo que no se coma su propia especie.

Investido, el aula es una oportunidad; la currícula una herramienta y la pedagogía un canto esperanzador. La escuela, la palabra; y la organización, el escudo.

A todos los investidos de maestros, tejedores sutiles del pueblo, entramados y organizados, entusiasmados y tozudamente luchadores por un inalienable derecho educador, feliz día.

Tomasa Gómez » Secretaria de DDHH de AGMER CDC