A 9 años del asesinato del maestro Carlos Fuentealba, alrededor de 30.000 docentes marcharon ayer, en Capital Federal, en el marco del paro nacional convocado por CTERA, que tuvo un acatamiento del 95% promedio en todo el país. La manifestación que partió  de la Plaza de los dos Congresos para llegar hasta el Ministerio de Educación de la Nación, cubrió varias cuadras de la ancha avenida Callao.

La jornada de lucha, fue uno rotundo “no  a la impunidad”, frente a la decisión de la Justicia neuquina de cerrar la causa que investiga las responsabilidades políticas del asesinato. Hubo fuertes críticas a las políticas de ajuste del Gobierno Nacional, al vaciamiento de los programas educativos como Orquestas infantiles y plan FINES, entre otros, y un repudio generalizado a los despidos de trabajadores de diferentes organismos públicos y del sector privado, muchos de los cuales se sumaron a la marcha con sus organizaciones.

El recuerdo de Carlos Fuentealba signó la marcha; estuvo en cada canto y en cada pancarta. Y la exigencia fue clara en los mensajes, especialmente en el de quien fuera su compañera, Sandra Rodríguez, que encabezó la movilización y habló en el acto central: no a la impunidad; los crímenes de Estado no prescriben y el asesinato de un docente luchador es una grave afrenta a los Derechos Humanos.

La marcha estuvo encabezada por la secretaria general de CTERA, Sonia Alesso, junto a los demás integrantes de la Junta Ejecutiva; secretarios generales de las provincias, entre ellos Fabián Peccín, de AGMER, y dirigentes de Sadop, entidad que también convocó al paro y movilización.

Luego, las delegaciones provinciales. Miles y miles de docentes y estudiantes de distintos puntos del país, con sus pancartas y sus reclamos, llegaron desde temprano a la Capital Federal. Allí estuvimos los docentes de AGMER, más de 350 compañeros de distintos departamentos de la provincia, que nos sumamos para protagonizar una jornada de lucha contundente, que mostró al país –una vez más- la unidad y fortaleza de los docentes para exigir justicia, para recordar que el “nunca más” sigue vigente, para defender nuestros derechos y la escuela pública.