Los restos del militante concordiense, desaparecido por la dictadura, fueron identificados en La Plata por el Equipo Argentino de Antropología Forense. Este sábado 30 de junio, organizaciones de Derechos Humanos de Concordia acompañarán a la familia, porque “Tito” Maschio finalmente vuelve a su casa. El encuentro será a las 15.30 en el Reloj de sol, en Plaza Urquiza, para desde allí dirigirse al Cementerio Nuevo, donde será sepultado a las 16.30.

El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) identificó en La Plata los restos del concordiense Raúl Ramón Maschio y la justicia se lo confirmó a su madre Alejandrina Laffitte de Maschio, a su hermano Eduardo “Chiche” Maschio y al resto de su familia el viernes 1 de junio.

Raúl nació en Concordia el 31 de agosto de 1955 y al momento de su desaparición se encontraba en La Plata donde estudiaba Psicología en la UNLP y trabajaba durante la mañana en Catastro de la Provincia de Buenos Aires.

Fue secuestrado la noche del 6 de diciembre de 1977 de la localidad de Gonnet, a unos 6 kilómetros de la ciudad de La Plata, donde vivía. La familia no tuvo más noticias de él hasta que recién en 1984, cuando se publicó el libro de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), pudieron saber por el testimonio de un sobreviviente que Raúl “Tito” Maschio fue llevado al Centro Clandestino de Detención del Batallón de Comunicaciones 601 de Gonnet.

El secuestro de Raúl se produjo en el marco de lo que se conoció como “Operativo Escoba”, que tenía por objeto el aniquilamiento en todo el país de militantes del Partido Comunista Marxista Leninista (PCML) que se dio entre el 6 y 7 de diciembre de 1977 y que continuó en los meses siguientes.

Los restos de Raúl fueron encontrados en una fosa individual junto a tres NN que fueron exhumados en 1999 y luego de los análisis forenses se pudo constatar que los mismos pertenecían en un 99,99% a la familia Maschio – Laffitte.

“Encontrarlo nos da un poco de tranquilidad, de paz, de un ciclo que se va cerrando. Saber dónde está, la importancia de tener un lugar donde llevarle una flor”, dijo su hermano Eduardo, que este sábado, después de 40 años, se encuentra con una verdad dolorosa y a la vez reparadora.

Fuente de datos: Registro Único de la Verdad.

Mario Bernasconi

Secretario de Derechos Humanos

AGMER CDC