Al compás de las balas de goma, el gobierno de Chubut siguió la regla de la conducción nacional… palos, gases y un ajuste brutal. Con sus policías en acción tiroteando a la razón, con la prensa farsante mintiendo sobre el laburante y desviando el reclamo sindical, buscaron dividir a los maestros pero las cuentas les salieron mal: ¡El grito de Carlos Fuentealba hoy se multiplica en otro paro nacional!
A ciencia cierta, esta quinta huelga federal no sólo se debe a la violencia abierta, sino a la saña impúdica que está matando a la educación pública. Porque se recrudecen las secuelas cuando no alcanza la comida en las escuelas. Porque en muchísimas provincias los sueldos permanecen congelados mientras los precios escalan a pasos agigantados. Porque la mano se pone más dura cuando no hay presupuesto en infraestructura. Porque no habrá cimiento formativo sin financiamiento educativo. Y porque no se soporta más esta política antipopular, arbitraria e indecente.
Paran para educar, ¡y para que se abra urgente la Paritaria Docente!
La Garganta Poderosa