El 26 de junio de 2002 se produjo un hecho que todavía hoy estremece: Maximiliano Kosteki de 25 años y Darío Santillán de 21 años, ambos militantes de la Coordinadora Aníbal Verón, fueron asesinados a manos de la policía, en una jornada de protesta en reclamo de planes sociales, en el hall de la estación Avellaneda que hoy lleva su nombre.
Se supo después que Maximiliano estaba socorriendo a Darío, ya caído en el suelo, cuando el policía le disparó por la espalda.
Si bien los ejecutores fueron condenados, nunca se juzgó a los entonces funcionarios del Gobierno Nacional que dieron la orden de reprimir.
Darío y Maxi se convirtieron en la expresión más genuina de una juventud militante, dispuesta a dar pelea por una sociedad más justa. A 18 años, viven en nuestra memoria y están presente en cada lucha popular, porque su ejemplo militante no deja de multiplicarse.
Mario Bernasconi – Sec. de DD.HH
José Manuel Balcala – Sec. de Prensa
AGMER CDC