José Martínez de Sousa
Editorial Trea – 250 páginas
Si el lector pudiera mirar una página de texto sin dejarse captar por el fondo, sino solo por la forma, advertiría que las letras que lo componen pertenecen al mismo modelo: letras redondeadas, casi todas de la misma altura, unas pocas que sobresalen por arriba o por abajo… Pero hay oreas que se salen de la fila por la parte superior de la línea, algunas con figura distinta de las abundantes minúsculas: son las mayúsculas. Bien porque se hallen a principio de párrafo, porque vayan después de punto o porque encabecen una palabra o frase consideradas nombre propio, las mayúsculas rompen la monotonía del texto compuesto con minúsculas para erigirse en dominantes, como el pastor que vigila el rebaño, como la imponente iglesia que preside el pueblo por su altura y su forma. (…)
De esta necesidad de definición parte el autor de esta obra. Martínez de Sousa ha decidido tomar el toro por los cuernos y tratar de someterlo a la disciplina de la escritura y del sentido común en el empleo de las mayúsculas. No ignora la dificultad del empeño, y este es tal vez su mérito.