Fernando Avendaño. María Luisa Miretti
Homo Sapiens Ediciones - 143 páginas
El proceso por el cual un niño domina su lengua materna es muy complejo y en él intervienen una multiplicidad de factores.
Un niño que aprende a hablar porque es hablado. La lengua que usará existe con anterioridad a su propia existencia individual. El proceso de adquisición de la misma implica que habrá de hacer suyo un sistema simbólico que su grupo cultural ha construido a lo largo de su historia.
Es necesario que la escuela preste atención a los usos y formas de la lengua oral con las que los niños se comunican en distintos ámbitos familiares e informales. Todo el bagaje comunicativo implícito que suponen estos usos y formas de la lengua oral han de hacerse explícitos en un contexto escolar favorable, por lo que es necesario conocer los distintos hitos en el proceso de aprender a hablar, así como las explicaciones que se han dado al mismo.
También es fundamental dar cuenta de las estrategias necesarias para que los docentes intervengan certeramente en el desarrollo de este proceso, clave para un pleno ejercicio de la ciudadanía. Proceso que, es bueno recordar, no se agota en la niñez, pues aún los adolescentes han de aprender a manejarse en contextos laborales, académicos y sociales más amplios que los de su entorno de infancia.