Joseph E. Stiglitz
Editorial Taurus - 348 páginas
Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía, ha sido testigo de primera línea gracias a su puesto como vicepresidente del Banco Mundial del efecto devastador que la globalización puede tener sobre los países más pobres del planeta. En esta obra sostiene que la globalización puede ser una fuerza benéfica y que su potencial es el enriquecimiento de todos, especialmente de los países más pobres, pero siempre y cuando nos replanteemos el modo en el que ha sido gestionada. El proceso de globalización orientado por el FMI y las organizaciones internacionales ha causado un sufrimiento excesivo a los países en desarrollo. La fuerte reacción contra la globalización tiene sus raíces no solo en los perjuicios ocasionados a estos países debido a políticas ideológicas sino también en las desigualdades del sistema comercial mundial. Es hipócrita pretender ayudar a los países subdesarrollados obligándolos a abrir sus mercados a los bienes de los países industrializados y al mismo tiempo proteger los mercados de estos porque hace a los ricos cada vez más ricos y a los pobres cada vez más pobres. Los gobiernos deben y pueden adoptar políticas que orienten el crecimiento de los países de modo equitativo. Somos una comunidad global y para convivir debemos cumplir unas reglas equitativas y justas, que atiendan tanto a los pobres como a los poderosos, y reflejen un sentimiento básico de decencia y justicia social. En el mundo de hoy, dichas reglas deben ser el desenlace de procesos democráticos y deben asegurar que se escuche y responda a los deseos y necesidades de los afectados por políticas y decisiones adoptadas en lugares distantes.