Carina Rattero
Ediciones Noveduc – 139 páginas
Pareciera que los espacios educativos son sitios en los que correr riesgos es prácticamente imposible. Quizás por esto las preguntas se limitan a corroborar lo sabido, el conocimiento se posee, la subjetividad se ordena al método. Como su unos determinaran los resultados a alcanzar y otros quedaran sujetos a ese proceso aún antes de iniciar su travesía.
Trabajar por los alumnos es asumir entre adultos la responsabilidad ética y política por la enseñanza, pensando al compás de las propias inquietudes, aprendiendo el juego de las preguntas en nuevos campos del saber, invertido en los límites de lo aprendido. Necesitamos abrir los lugares y los días a la posibilidad de otras experiencias, ir explorando entre posibilidades, diferentes modos de ser y de hacer en el encuentro pedagógico. Pensar – hacer la escuela como un lugar que nos albergue y otorgue espacio al encuentro con lo desconocido, recuperando el propio deseo de aprender reponiendo al tiempo escolar a apuesta por la vida.